¿Sabes una cosa? Que gracias a ti, aprendí a ser más justa, aprendí a quererme tal y como soy, aprendí a reírme de mí misma, aprendí a apreciar las cosas, aprendí que no eres algo irreemplazable.
Antes lo creía así, si alguna vez me hubieses pedido que te diera la mano y saltásemos juntos desde una montaña, aunque supiese que moriríamos, lo haría.
Lo haría porque te quería, me atrevo a decir que como a nada en este mundo, me equivocaría, lo sé, si digo que sin ti puedo ser igual.
No se trata de engañarse a uno mismo.
Déjate llevar por tu corazón, es el único que nunca se equivoca.

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